martes, 7 de junio de 2011

Mala suerte's days II

Otra vez se repite un bucle estúpido sin remedio, un día de esos que mejor haberse quedado durmiendo, aunque en mi caso ni así podría solucionarlo.

Me despierto a gusto, con esa agradable sensación de hallarte acompañado. Una espalda a mi lado, rubio cabello sobre la almohada, caricias, algún dulce beso mañanero...y nada, ninguna ligera reacción, desisto, me fumo uno, al rato noto que ya no duerme, retomo mi sensual ataque buscando el revolcón tempranero y sí, ahora sí hay respuesta... me aparta una mano y con voz soñolienta me manda a la mierda!

Joder! me ha dejado pasmado, quizás a causa de mi propensa capacidad a beber como los peces en el río la noche de antes hice algo indebido...pero que mierdas? no hice nada, todo fue bien. Entonces...porque este desagradable despertar? Mi cabeza empieza a plantearlo, mi boca a preguntar, y lo único que consigo es salir de esa cama mosqueado sin necesidad.

No estoy en mi casa, no estoy en mi ciudad, hecho la mano en el bolsillo y no tengo p'a ná. Asqueado y con resaca cojo todos mis cacharros, que no son pocos, y bajo a la calle, p'al bar. Al salir a la calle el Sol machaca mis ojos de vampiro, torpemente entro al bar, saludo a los parroquianos y al hechar mano al móvil...joder! no está!

Resabio, mosqueo y ganas de desconectar. Intento buscar el teléfono de los güevos y ná, subiré al piso, pero a la rubia mejor ni preguntar...al final el dueño del bar me da unos durillos para poderme largar, y así emprendo mi camino cargado con los trastos y el mal cuerpo de una noche larga...y de un despertar amargo.

Railes de tren, minutos de espera y sudor destilado con olor a rechazo. Me encamino hacia mi monótona Terrassa, sin ganas de nada y teniendo que trabajar.

Tarde gris, resaca, una madre y dos niñas, una 4 añitos y encima malica, la otra 8 "pero dentro de tres días hago nueeeeveeee..." Dios! pequeña rubia repelente, trabajo jodido que esas dos niñas se estén quietas delante de mi objetivo. Terminado el amargo trabajo, como cualquier prostituta, cojo mi dinero y me largo.

Por fin en un bar. Un buen amigo medio oriental, unas bravas, cervezas y algún porrito pa animar... y ya al final, una vez en la cama me da por pensar que de mi la mala suerte esta enamorá.

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